viernes, 29 de abril de 2011

osama bin laden muerto

Washington,  (dpa) - Aunque las consecuencias de su muerte todavía son difíciles de calibrar, el hecho de que Osama bin Laden falleciera en el sorpresivo operativo estadounidense en Pakistán supone, al menos a corto plazo, un respiro para el gobierno de Barack Obama.
Altos funcionarios estadounidenses aseguraron hoy que el gobierno había preparado todos los escenarios posibles, incluso la posibilidad -aunque lejana, admitieron- de que se pudiera capturar a Bin Laden con vida.

Aun así, cazar vivo al líder de Al Qaida habría desencadenado un sinfín de preguntas inmediatas de muy difícil respuesta: ¿Dónde encarcelarlo, en Estados Unidos o en el extranjero? ¿Cómo juzgarlo, por tribunales militares o civiles? ¿Cómo evitar que se convierta en un mártir viviente?

Si Estados Unidos hubiera sido consecuente con la política aplicada hasta ahora, uno de los destinos más o menos inmediatos habría sido Guantánamo

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